River cumplió el primer objetivo que se propuso tras el parate por la pandemia de coronavirus: avanzar a los octavos de final de la Copa Libertadores. En el estadio de Independiente (el Monumental está en obra), el Millonario le ganó 2-1 a San Pablo gracias a los dos goles de Julián Álvarez y se aseguró un lugar en la próxima fase, eliminando a su adversario, que había empatado parcialmente a través de Diego Costa.
La Banda, además, puede quedarse con la primera colocación del Grupo D si en la última fecha supera como local a Liga de Quito, que goleó por 4 a 0 a Binacional en la quinta jornada de la zona.
Como en el Morumbí, el elenco de Núñez apostó a la presión extendida sobre la salida de la visita, usufructuando la rígida filosofía de su adversario de jugar por abajo a toda costa, incluso caminando por la cornisa. Los brasileños, con Dani Alves en el eje de la cancha, intentaron replicar la táctica del ahogo. Pero con paciencia, rotación y a un toque por momentos; y con el lanzamiento directo para sus tres puntas detrás de la segunda pelota en otros, el Millonario pudo salir. Y empezar a lastimar a su contrincante.
A los 5 minutos, River ya había puesto a Montiel cara a cara con Tiago Volpi. Y a los 10 Julián Álvarez cerró un una definición ajustada una jugada colectiva de excelencia para firmar el 1-0. ¿Más? A los 14 fue Nacho Fernández, tras un pase atrás del juvenil de la Selección Sub 23, el que le quemó los guantes al portero.