«No se puede con tanto dolor» había expresado María de los Ángeles «Mara» Zárate en un mensaje que enviara por WhatsApp para resumir el hondo pesar que por estas horas la invade a causa del fallecimiento de su hija Eliana Mendilaharzu, cuyos restos fueron inhumados ayer en horas del mediodía en el cementerio privado «Jardín Azul».
En el marco de la investigación penal que se lleva adelante por este caso de violencia de género -a través de una causa que está radicada en la UFI 6 que en los tribunales de Azul conduce Karina Gennuso- el cadáver de la joven, que tenía 27 años cuando su deceso se produjo alrededor de la hora 23 del martes que pasó, fue sometido a una autopsia.
La necropsia se llevó a cabo en esta ciudad con los protocolos vigentes por la pandemia de coronavirus.
Eso obedeció a que, mientras permaneció internada en el Hospital Pintos, en los últimos días Eliana había contraído COVID-19, de acuerdo con lo que sus propios familiares dieran a conocer públicamente.
En el informe habitual que a diario hace la Municipalidad con relación a la pandemia en el Partido de Azul, Eliana Mendilaharzu fue incluida como una de las dos personas fallecidas hace tres días a causa de esa enfermedad.
Al respecto, en el reverso del certificado de defunción de la joven se menciona textualmente: «Paciente con intención de Covid».
Firmado por un médico, en el anverso de ese mismo documento puede leerse también: «hematoma epidural». Específicamente, en el apartado que alude a las causas del deceso de Eliana.
Esas dos palabras no son ajenas a este hecho desde que el mismo, allá por agosto pasado, comenzó a transformarse en materia de una investigación penal que todavía continúa y lo tiene preso en la Unidad 7 a Marcos Ramiro Ponce, la pareja de la joven fallecida.
Basta con leer la descripción que hiciera Karina Gennuso, no bien se convirtiera en la fiscal a cargo de la instrucción de esta causa, cuando en esas actuaciones aludiera a las circunstancias que el 16 de agosto derivaron en que Eliana sufriera un fuerte traumatismo en su cabeza.
Esa lesión la tuvo internada en el Hospital Municipal «Dr. Ángel Pintos» de esta ciudad hasta el martes último, cuando en horas de la noche se produjo su deceso.
Sobre lo sucedido aquel domingo, en el sumario penal se describe que alrededor de la hora 22, «en el interior del domicilio de calle Camilo Gay N° 1089 de Azul, más precisamente en la habitación matrimonial de la vivienda, en un marco de violencia de género y maltrato habitual, Marcos Ramiro Ponce agredió físicamente a su pareja Elba Eliana Mendilaharzu».
Se indica también que el hombre, que días después resultaría detenido por este caso de violencia de género, lo hizo «con intenciones de ocasionarle la muerte» a la joven, para lo cual la tomó de los pelos y la hizo caer al piso.
Después, Ponce «le propinó al menos un golpe en la cabeza, dejándola tendida en el piso, inconsciente, en el pasillo que se encuentra entre la cama y la cuna, ocasionándole con su accionar un hematoma epidural que derivó en un estado de coma, lesión calificada legalmente como grave, con riesgo de vida», continuó describiendo la titular de la UFI 6 sobre el accionar desplegado aquella noche por el imputado.
En el certificado de defunción de Eliana ahora se menciona que ese «hematoma epidural» fue la causa de su deceso.
Pero más allá de lo referido en ese documento, al igual que lo que señalaba el reporte de la comuna con relación a lo sucedido en el Partido de Azul el martes que pasó por la pandemia de coronavirus, para el pulso de esta investigación penal que se lleva adelante se convertirá en un dato de suma importancia el dictamen que elabore el médico que tuvo a su cargo la autopsia al cuerpo de Eliana.